lunes, 25 de junio de 2007

Miedo


El ruido de la calle se cuela por el ventanal y la noche me descubre acurrucada en un rincòn de la casa. Adentro el silencio, la zozobra, la punzada constante en el pecho y la mente revuelta de pensamientos que no logro conciliar entre si. Asi como estoy, en pijama y asida a una caja de pañuelos parezco un trapo viejo, -debe ser que asi me siento por dentro-, tiemblo y estoy harta y siento que el aire me falta.

Ya perdí la cuenta de las veces que me he puesto asi, ya perdi la cuenta de las cosas que he escupido a la cara de mis amigos en momentos como este, ya perdi la cuenta de los dìas que me encerrado en la casa para que nadie me viera asi, ya perdi la cuenta de las veces que hube de respirar profundo para no romper en llanto en la cola del banco o en una reunion de trabajo, ya perdi la cuenta de los miligramos de litio,de melaril, de paxil, de zoloft, de citalopram, que me he tragado en seco, ya perdi la cuenta de las veces que he creido que conjurando al miedo podria exorcizarlo de mi entraña, de las visitas al terapista, de los articulos escritos confesandole al mundo que soy mercancia estropeada, que sali con muchas fallas de la linea de ensamblaje y que debo vivir sintiendo que de un momento a otro mi fachada de Señorita infalible se va a venir abajo y todos veran que detràs del barniz no habia màs que una pobre criatura asustada, llorosa, que se crispa de los nervios sin poder evitarlo, que la depresiòn la tengo enraizada, que algo me hizo corto circuito en el cerebro antes de que cumpliera los doce años:

No siempre fui asi, mi familia, los amigos con que crecì, todavia dan cuenta de una dulzura desvanecida y de una ternura desterrada que alguna vez me pertenecieron. Yo ya casi no lo recuerdo.

Y estoy aqui intentando luchar contra este vacio que todo lo devora, intentando buscar fuerzas de los resquicios màs obscuros de mi desolada tristeza. Convenciendome a mi misma de que aún tengo oportunidad, de que solamente debo demoler los muros que edifique para protegerme de todo y de todos, que debo empezar a enfrentarme a este miedo a sentir.

Ya he dado el primer paso, escrudiñe en mi corazòn y exhibi sus debilidades, y el mundo siguio girando, la tierra no se abrio a mis pies, el techo no se me cayo a pedazos, no me morí, sigo aqui.

jueves, 21 de junio de 2007

Ratòn de biblioteca


Desde sìempre he sentido fascinación por las librerias,puedo pasar horas revisando los titulos, leyendo prologos y hojeando tomos al azar. Disfruto de esas pequeñas islas, de esos puertos seguros a los cuales recurrir en los momentos màs agobiantes, en esos días que no puedo agarrar una maleta y escaparme de la ciudad a territorios menos hostiles.

Tengo especial predilecciòn por aquellas que permanecen ajenas a las corrientes decorativas y se conforman con sus estantes de madera rustica y las viejas mesas instaladas en el centro del local, no es que deteste las librerias boutique dónde Paulo Coelho y Harry Potter son los anfitriones que me reciben al nada màs cruzar la puerta, es que hay algunas que se me hacen demasiado frías, demasiado impersonales, y las imagino igualitas a los supermercados con sus ofertas a punta de góndola y sus lamparas de neòn, tan antisepticas y politicamente correctas ellas; es que simplemente a veces me da la impresiòn de que alguien se me va a acercar a ofrecerme la oferta de jamòn de la semana.

Tàlvez sea que me quede con los gustos de la infancia, de los días en que vivía en Mèxico y mi papà me llevaba de la mano a una libreria en Coyoacàn, y se desentendia de mi durante horas mientras él se tomaba un café cargado y aprovechaba para revisar uno a uno los libros que le recomendaba el dependiente -que a fuerza de tanta visita se habia vuelto amigo suyo-. A mi me dejaban vagar por la libreria, los dependientes sabian que lo mejor era dejarme recorrer los pasillos creados por las estanterias y solamente acudir si les pedia ayuda para alcanzar algun libro que me quedara muy alto. Recuerdo que siempre al final de la jornada me sentia orgullosa y feliz de salir con mi bolsa de libros colgando del brazo.

amaba esos días y hoy por hoy sigo amando las librerias,quizá sea que extraño esa sensaciòn de seguridad de mis días de niña y busco que una tienda de libros me llene el vacio, quien sabe, no he querido consultarlo con mi terapista.

jueves, 14 de junio de 2007

Inconstante


Me prometi a mi misma escribir una entrada diaria en este blog, optimista y resuelta ,tenia todas las ganas y la cabeza llena de ideas, las palabras se agolpaban, hasta que tropezaron con la agenda, con las obligaciones, las citas de trabajo, las llamadas y los pendientes. Hasta que el impulso de escribir se fue convirtiendo en desgano, en un constante mañana lo hago, mañana , mañana. Mañana estare de mejor humor y mas elocuente, contare una historia divertida, conmovedora, abrire mis venas.

miércoles, 6 de junio de 2007

Cata


Ha empezado de nuevo la epoca lluviosa abuela, y los cielos plomizos me traen tu recuerdo con una fuerza descomunal que amenaza con botarme al suelo a cualquier hora del dia. Y es que tu imagen y tu voz se me aparecen en cada aguacero, puedo oirte repitiendome hasta el cansancio que deje de chapotear en los charcos, igualito a cuando ibas a traerme a la parada del bus del colegio, tù con tu eterna sombrilla de colores, tù en cada gota que se desliza por el ventanal de mi apartamento, tù entre amorosa y ofuscada secandome el cabello cuando regresaba de rescatar hormigas ahogadas en la poza que se hacia en el jardin de la casa, tu inmovil en aquel ataud mientras afuera de la funeraria el cielo se nos venia encima, tu encerrada tras aquel cristal con una expresion tan serena que, me daba la impresion de que en cualquier momento abririas los ojos y con tu voz profunda me dirias "niña, mira como tienes los zapatos de empapados", tu como siempre, firme y bondadosa, como un roble añoso bajo los temporales de junio.

martes, 5 de junio de 2007

Heme Aqui


Y aqui estoy entonces, en este vasto y nebuloso mundo de los blogs; es mi segundo intento, el primero se quedo ahogado entre los devenires de la vida diaria, entre mi stress y esa secreta negativa de unirme a la corriente. En el fondo, creo, me rehusaba a dejar bitacora alguna de mis andanzas, y me aferraba al ejercicio de la memoria. Pobre ilusa, si uno recuerda las cosas como las quiere no como fueron. Que màs da, heme aqui intentando llevar un blogsito por segunda vez, el primero pobrecillo me lo borraron, nunca lo use y cuando decidi revivirlo ya habian reciclado la pagina. Señales del destino.