jueves, 29 de mayo de 2008

Tonada para jueves

Hoy es uno de esos días en los que mi "playlist" mental se queda atascado y no para de repetirme la misma canción.

Vaya a saber si es el día gris, el punzante dolor en el omoplato izquierdo, o el hecho de no haber consumido todavía ni una gota de café, pero simplemente no puedo sacarme de la cabeza el estribillo oscuro de The House of the Rising Sun de The Animals "There is a house in New Orleans/They call the rising sun/And it's been the ruin of many a poor boy/And God I know I`m one".

Para quienes no los conocen The Animals fue una banda británica sesentera, que tocaba algo asi como blues electrico. Les dejo la letra de The House of the rising Sun.

THE HOUSE OF THE RISING SUN
There is a house in New Orleans
They call the Rising Sun
And it's been the ruin of many a poor boy
And God I know I'm one

My mother was a tailor
She sewed my new bluejeans
My father was a gamblin' man
Down in New Orleans

Now the only thing a gambler needs
Is a suitcase and trunk
And the only time he's satisfied
Is when he's on a drunk

Oh mother tell your children
Not to do what I have done
Spend your lives in sin and misery
In the House of the Rising Sun

Well, I got one foot on the platform
The other foot on the train
I'm goin' back to New Orleans
To wear that ball and chain

Well, there is a house in New Orleans
They call the Rising Sun
And it's been the ruin of many a poor boy
And God I know I'm one

jueves, 22 de mayo de 2008

Algunas cosas simplemente nos encuentran

Según mi papá todas aquellas cosas destinadas a marcarnos la vida debían llegar a nosotros de golpe; los amigos, el amor, el exito, el fracaso estrepitóso...

Para mí su teoría no era más que eso, hasta que un buen día, un libro casi me parte la cabeza, sí, ríanse, a mandíbula batiente si quieren.

Pero una de esas tardes frías, en las que no quería ver a nadie, Jaime Sabines casí me deja inconsciente, bueno, un libro suyo.

Nada, que allí estaba yo, con mis 16 años, y mi 1.59 de estatura, de puntillas, y estirando el brazo derecho para alcanzar un libro de Benedetti (con el que esperaba convencer a mi madre de que no eramos enemigas) cuando ZAZ!!! la gravedad y la sección de antologías de poesía latinoamericana se confabulan para que uno de esos tomos de pasta dura diera justo de esquina contra mi pobre coronilla.

Del golpazo debo haber soltado alguna de esas palabras que sonrojan a las personas de buenas costumbres, porque ni lerdo ni perezoso, uno de los empleados corrió a decirme que debia cuidar mis expresiones, creo que fue cuando no le pude responder, que se dió cuenta del libro en el suelo.

El empleado en cuestión apenas si alcanzó a sugerirme que tomará asiento en un sillón arrumbado en un rincón y me dejo allí sola y con el libro en el regazo.

Decidí otorgar el beneficio de la duda al volumen agresor, y entendí lo que mi padre habia intentado explicarme, desde entonces Sabines es uno de mis puntos de fuga predilectos.

Aquí los dejo con una de las últimas apariciones públicas de Sabines,esa vez el CONACULTA le rindió homenaje en el Palacio de Bellas Artes.

*****

LOS DÍAS INÚTILES

Los días inútiles son como una costra
de mugre sobre el alma.
Hay una asfixia lenta que sonríe,
que olvida, que se calla.
¿Quién me pone estos sapos en el pecho
cuando no digo nada?
Hay un idiota como yo andando,
platicando con gentes y fantasmas,
echándose en el lodo y escarbando
la mierda de la fama.
Puerco de hocico que recita versos
en fiestas familiares, donde mujeres sabias
hablan de amor, de guerra,
resuelven la esperanza.
Puerco del mundo fácil
en que el engaño quiere hacer que engaña
mientras ácidos lentos
llevan el asco a la garganta.
Hay un hombre que cae días y días
de pie, desde su cara,
y siente que en su pecho van creciendo
muertes y almas.
Un hombre como yo que se avergüenza,
que se cansa,
que no pregunta porque no pregunta
ni quiere nada.
¿Qué viene a hacer aquí tanta ternura fracasada?
¡Díganle que se vaya!






viernes, 16 de mayo de 2008

I'm only happy when it rains


Empieza el invierno, y en esta ciudad eso significa aguaceros, charcos, gente bajo las cornisas, ventanas cerradas, y noches enteras al arrullo de los goterones. Me gusta ésta época, los relámpagos, y mi gata acurrucada bajo el edredón para huir de la tormenta; me gustan esos violentos riachuelos que corren de una cuadra a la otra, y disfruto secretamente dejando caer pequeños objetos en ellos (tapones de refresco, hojas de árbol, barquitos de papel), para luego observar como se los lleva la corriente, a veces los persigo,hasta que alguna coladera se los traga (sí, es un barquito de papel el que he echado, pienso en su tripulación imaginaria).

En esta época también me la paso con una botella de jarabe de eucalipto y miel en el bolso, y un pastillero dedicado a los remedios para la alergia, los taponamientos en la nariz son cada vez más frecuentes, al punto que puedo sentir como se me llenan los senos nasales de mocos, tengo una rinitis de miedo, que me ha acompañado desde que tengo uso de memoria, y que se exacerba con el invierno, pero aún asi me gusta.