viernes, 14 de septiembre de 2007

14 de septiembre

El centro de la ciudad, punto neuralgico de la histeria colectiva, es un hervidero de personas, perros callejeros, buses urbanos, automoviles y smog. En la esquina de mi casa han chocado dos autos, -es la tercera vez esta semana-, dos señoras se gritan improperios olvidadas de cualquier glamour y recato, a una se le fueron los frenos, y la otra nada màs no vio el alto. Liquido de frenos, trozos de cristal, los dos cacharros abollados; alrededor ya se agrupan los curiosos, expectantes, quieren ver sangre, si no la hubo en el choque ojala que la haya resultante de la exaltaciòn de las conductoras; de algùn lugar aparecen dos motociclistas de la PMT, Ding,ding, ding, cada una a su esquina, "Señores circulando, aqui no ha pasado nada", este round se termina, que fiasco. Pom,pom,ropopom, pom, pom, pom, ropopopompom, retumba en las calles, son las bandas de los colegios, centenares de adolescentes henchidos del fervor patrio, desfilan gastando las suelas a sus zapatos de diario, carrozas, reinas de independencia,-niñatas pintorreteadas, zambutidas en vestidos de organza y lentejuela-. El portal de comercio se ha convertido en palco, mirones, transeùntes, progenitores orgullosos que observan a su retoño golpear los redoblantes, los gastadores arrastran los pies y se mueven como muñequitos de plomo, toda la parafernalia independentista, emulos de milicos, banderitas de plastico, quetzales de papel de china, monjas blancas dibujadas en cartulina. Smells like Guate.

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