Puro Mula es algo así como La pequeña película que pudo es decir, hasta el momento ha sido la única película estrenada dentro del Festival Icaro a la que tanta gente ha asistido voluntariamente pagando su entrada, vamos que todos sabemos que a las pelis del arranque del festival much@s acuden por el cocktail y/o para que los vean; y es que ahora en su edición número 13 el Icaro se ha vuelto IN, y ha dejado de ser el festival de cine independiente al que un contado grupo de cinéfilos asistía esporádicamente y, afortunadamente, logró atraer a un buen número de gente a sus proyecciones; es cierto, no todas las películas y documentales llenaron las salas pero sí se rompieron los records en cuánto a películas guatemaltecas presentadas y a la cantidad de boletos pagados para el estreno de una película en el festival.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Boom del cine guatemalteco?
Puro Mula es algo así como La pequeña película que pudo es decir, hasta el momento ha sido la única película estrenada dentro del Festival Icaro a la que tanta gente ha asistido voluntariamente pagando su entrada, vamos que todos sabemos que a las pelis del arranque del festival much@s acuden por el cocktail y/o para que los vean; y es que ahora en su edición número 13 el Icaro se ha vuelto IN, y ha dejado de ser el festival de cine independiente al que un contado grupo de cinéfilos asistía esporádicamente y, afortunadamente, logró atraer a un buen número de gente a sus proyecciones; es cierto, no todas las películas y documentales llenaron las salas pero sí se rompieron los records en cuánto a películas guatemaltecas presentadas y a la cantidad de boletos pagados para el estreno de una película en el festival.
martes, 19 de octubre de 2010
10 cosas que amo
jueves, 29 de julio de 2010
Espiral
El se guarda los días en los bolsillos y se larga a recorrer el mundo mientras ella apila libros junto a la ventana antes de salir por la puerta trasera; sin saber qué les traerá mañana, y así juegan a ir y venir, a extraviarse para volver a encontrarse, siempre expectantes, ella tomando sorbos de jugo de fresa mientras él juega a dibujarle luciérnagas con el índice a lo largo de la espalda, con la certeza anudada en la garganta, sin pronunciarla para no echarla a perder, para no malgastarla.
Sin darse fechas,ni plazos mundanos,después de todo los grillos al otro lado del jardín saben que a la vuelta de cualquier esquina volverán a coincidir, ya que importa si es en este o en alguno de los dos mil mundos paralelos que comparten, siempre y cuando él siga guardando días en sus bolsillos y ella apile los libros y él recorra el mundo, y ella salga a hurtadillas por la puerta trasera.
miércoles, 23 de junio de 2010
Querida Andrea
Es de madrugada nuevamente y tú sigues sin dormir; todos los vecinos de tu edificio han apagado ya sus luces e incluso el caos del centro histórico se ha apagado, tú sin embargo sigues alerta, tus (nuestras) voces internas te mantienen despierta.
Hacía tiempo ya que quería hablar contigo pero es tan difícil y es que nunca te quedas quieta, cuando yo llego a un lugar tú ya te has ído, siempre en movimiento, de que huyes?
Es cierto, en día pasados estuviste un poco más tranquila, y hasta te diste tiempo de ordenar un poco el desastre que los últimos cuatro años (nos) te dejaron, pero ni en esos días pude hablarte, te llamé desde el otro lado de la habitación pero lo único que hiciste fue sonreirme y agitar tu mano, pero un segundo después ya te habías marchado.
Por ello me veo en la necesidad de dejarte ésta nota, para recordarte que aunque sigas corriendo, habrá cosas que siempre estarán un paso adelante de ti porque las llevas engrapadas en la psique, hay cosas mi querida que siempre van a estar agazapadas esperando a saltar sobre tu hombro porque las mantienes guardadas bajo la almohada, espero que pronto te sientes con tu taza de té (de café no porque entonces brincarías de un lado al otro) y me puedas escuchar, porque para serte honesta temo el día en que todas estas cosas te caigan encima.
Besos
sábado, 13 de marzo de 2010
Carta # 1
martes, 23 de febrero de 2010
Eterno Resplandor
El despertar fue duro, sintió las sienes palpitarle y se descubrió vestida igual que la noche anterior, apenas huyendo del frío bajo un delgado cobertor, “demasiada luz” fue la primera frase coherente que logró hilar en su cabeza, “demasiada luz” y le pareció una burla.
Una mueca dolorosa, irónica, se dibujo en su rostro; posición fetal, “que asco ser tan cliché” se reprochó en voz baja, recordó la madrugada y le pareció tan lejana, tan ajena, como ver una mala película que lo único que quieres es que se acabe ya para salir corriendo de la sala de cine.
Había subido a obscuras las escaleras y allí en la mitad del descanso de los escalones se había desplomado; no logró ubicar una fecha en el calendario, quiso recordar la última vez que había llorado tanto y no obtuvo respuesta.
Sentía todavía un yunque instalado sobre el cuerpo, aplastándola contra la cama, -tan ancha-, como pudo apoyó una mano contra la pared y consiguió sacudirse el plomo imaginario que la mantenía en aquella posición fetal que la asqueaba tanto, “pobrecita tú”,- sacudió la cabeza al levantarse-, quería dejar las voces atrás.
El reflejo del espejo le devolvió únicamente una versión ruinosa de la otra, la contempló por largo rato, y pensó en Frida Khalo, “tremendo ego el tuyo, venir a compararte con Frida” replicó esta vez.
Allí estaba, -lo que quedaba de la otra-, podría haberse lavado la cara inmediatamente y dejar que el agua helada y el gel limpiador de marca le devolvieran un poco el brillo, pero quería disfrutar verla así, destrozada, sentirse dueña de sí otra vez; el golpe había sido duro, sí, pero bien valía la pena para retomar el control. Sonrió.
Allí estaba ella, de vuelta, al frente, otra vez ella Mica, Mica la que tenía un corazón. Sonrió; el agua tibia de la regadera sirvió para tallarse la gruesa capa de moho en la que se había convertido la otra, -Micaela-, observó sus pies, eran suyos de nuevo para ir a donde se le diera la gana con ellos.
Volvió al espejo, y ya con la cara limpia observó a la otra por última vez, quería, por alguna nostálgica razón, darle otro vistazo a su creación, al monstruo Frankenstein de porcelana.
Era hermosa, a su muy famélica y distante manera, Micaela la fuerte, Micaela la inteligente, Micaela la que era capaz de comerse el mundo de un bocado, porque ella era la dueña de todo.
Observó los profundos ojos miel, las cejas perfectamente depiladas, la piel blanca, el cabello delicadamente recortado para ser llevado luego recogido como si en realidad no importara, soltó una carcajada; era increíble todo el esfuerzo que había puesto en aquella creación durante tantos años.
Era perfecta, cada movimiento, la modulación de la voz, cada ademán, hasta las palabras en inglés o francés dispersas en la conversación cotidiana, todo, absolutamente todo era parte del personaje.
Pero ya estaba harta, ya no la soportaba, le había dado mucho, a manos llenas, hubiera sido injusto negarlo, le había ganado prestigio, respeto, dinero, era Micaela carajo!
Pero la había dejado tan sola, tan aislada en su perfecta torre a la que nadie tenía acceso, muchos habían sido los que habían llegado a su puerta pero no se habían atrevido a ir más allá de la verja, no sabían cómo franquearla.
Había sido una pendeja, había logrado tanto, pero había perdido justamente la única cosa que valía más que todo lo otro y ya era tarde para hacer el trueque, no había manera de recuperarlo.
Adíos Micaela.
...
viernes, 12 de febrero de 2010
DOMINGO
Hay días que no me gustan abuela, días en los que me alcanza tu ausencia y la gata se asusta al verme tirada en el suelo; son días en que no soy yo, sino aquella que queda cuando todas las otras voces han huido. Son días en que la casa se me derrumba por encima y ni siquiera Schubert me salva del naufragio.
Odio esos días aciagos y estériles que me roban todos los colores, odio esos días abuela, los detesto con todo lo que tengo, con lo que queda aún en esa cáscara de nuez que ha sido desde siempre mi corazón.
Los odio abuelita porque no estás, porque no tengo tu olor para recordarme que todo va a estar bien, los aborrezco porque no sé qué hacer con ellos, porque sobre todo en esos días se van las otras…te acuerdas abuelita que te hablé de ellas? De las otras Andreas? Las que me ayudan a seguir porque yo sola no puedo con todo. Te acuerdas abue?...Las necesito para que ellas sean fuertes y chispeantes, porque yo no sé qué hacer a carne viva.
Odio esos días Catita, porque me cuesta tanto espantarme las alas de cuervo que se me atascan en el tórax, porque siento que no respiro; odio esos días abuela, los odio tanto…y tu cumpleaños es siempre uno de ellos.
jueves, 7 de enero de 2010
Frágil
Su sola mención bastó para invocarlos, y ahora puedo sentir sus alas de murciélago chocar contra las paredes de mi cráneo; "tu vida no es perfecta" me repiten incesantes, y para asegurarse de que no lo olvide me dejan millares de diminutas banderas clavadas en el corazón, pobrecito músculo, pobrecita Andrea, la euforia de ayer no era más que una niebla pasajera, abre los ojos.
lunes, 4 de enero de 2010
Me and the devil
Por años luché contra ellos, mis demonios, aquellas devastadoras fuerzas que lo devoraban todo a su paso, llevándome al borde de obscuros precipios, al límite de mi propia resistencia, haciendo incluso tentadora la opción de saltar al vacío...perderme por completo o acabar con todo.
Pero con el tiempo y los moretones aprendí que, cada golpe asestado a ellos era también un clavo más incrustado en la planta de mis pies, en mis articulaciones, porque ellos, mis demonios, no eran ajenos, no eran huespedes llegados a mi como castigo a mi rebeldía, eran más bien parte de mí, trozos de mi propia psique, mis huesos eran los suyos y compartíamos el mismo reflejo al vernos en el espejo.
Ellos, mis demonios, están en mi cabeza, en las vesiculas existentes en mis neuronas presinápticas, ellos, mis demonios, son la estamina que me obliga a permanecer despierta, son la penumbra que evita que el brillo excesivo de las verdades obvias y las mentiras perfectas me cieguen al final de cada día.
A veces me tiran de cara al suelo y provocan que la naríz me sangre persuadiendome a que no quiera salir de debajo de las sábanas, pero ellos, mis demonios, son esa esquina abyecta en la parte trasera de mi mente que me mantiene lúcida, en un paraje en el que todos prefieren mentirse a si mismos creyéndose que son perfectos, humanos.
Ellos, mis demonios, nacieron conmigo, se han alimentado de mis músculos y de mis miedos, han crecido junto a mí, ellos, mis demonios, me proveen de obscuras alas con las cuales alejarme de la mierda, ellos, están siempre a mi derecha y me susurran que todos usamos máscaras y me confío a ellos porque no necesitan mentirme, si he de irme al carajo, al menos lo haré con los ojos abiertos, despierta.
Ninguno está libre de ellos, yo al menos he aprendido a convivir con los míos.