miércoles, 31 de octubre de 2007

Norah Jones - Sinkin' Soon

Enjoy Norah, menos dulzona, más madura, experimentando con nuevos sonidos y otros instrumentos ademàs del piano.I like it!

Amy Winehouse -You Know I'm No Good

Al parecer el estilo confesional està de moda, pero a esta individua le queda bien.

Notas de vida

A partir de hoy, además de mis posts de catarsis voy a incluirles también algunos apuntes que espero les sean útiles en algún momento, cosas sencillas como recetas de cocina para emancipados, algún chivo de dónde comprarse en el Centro Históricolas mejores películas piratas, algunos videillos...cosas de la vida cotidiana.

Nuevos aires

Esta mañana el sol me parece màs brillante, talvez sea que limpie mejor el ventanal, quiza sea que los días nublados están pasando, metaforica y literalmente, quiza es que me levanté del lado adecuado de la cama. No importa cuál sea la razón voy a disfrutarlo.

viernes, 26 de octubre de 2007

Una sencilla receta

Una taza de té de canela que se enfría sobre la mesa, -la lengua escaldada-, todas las ventanas cerradas, -me congelo hasta los huesos-, ropa de lana, la nariz roja, y mi primo que desde el Chat me da sus mejores consejos para curarme este resfriado, alcanzo a anotar algo sobre una infusión con tomillo, jengibre y medio limón, “ponle miel de abeja” me escribe, y casi puedo verlo sentado en la silla de al lado, con su suéter favorito, la gorra calada hasta las orejas, y con ese acento suyo de niño mexicano de universidad de paga; si estuviera acá ya habría sacado la bolsa de basura de la cocina, lavado los platos , (apilados hace dos días en el lava trastos), y me hubiera plantado un beso en la frente luego de servirme una buena taza de chocolate caliente, (nada mejor para los males de la garganta). Es apenas unos meses mayor que yo, vive solo desde los 18 y, -a diferencia mía-, desde hace tiempo aprendió a apañárselas con las tareas del hogar, y la vida de adulto.

A veces se lo lleva el demonio, y contempla el cerrar su casa y su negocio, regresar al hogar familiar, conseguirse un empleo en la banca o en alguna revista de farándula, (que para los efectos resultan siendo la misma mierda), y quitarse el peso del mundo de los hombros. En lugar de eso llena el ipod con su música predilecta, (antes quemaba algunos CDS, y antes de eso docenas de kcts que escuchaba en un reproductor panasonic que se compró con su primer sueldo, como pinche de oficina en un periódico de Puebla), empaca unas cuantas cosas y se larga unos días a quitarse la costra de la ciudad. Y regresa al cabo, fresco como el romero, lleno de ideas, y convencido de que la realización personal no tiene porque parecerse a los anuncios que pasan en el noticiero de las 6 de la tarde. Tiene una tienda de discos, es socio de una promotora de conciertos de rock, está a menos de un mes de casarse con una aspirante a cineasta a la que solo le falta un semestre para cerrar pensúm en la Escuela de Educación Cinematográfica, y que se gana la vida como bailarina en un club de strip tease, (ya casi ahorra lo suficiente para financiarse un documental sobre las peleas clandestinas de perros).

El té de canela ya no representa peligro alguno para mis papilas gustativas, y al apurarlo me produce tal sensación de bienestar,- el sabor dulce en los labios, el calor reconfortante en el pecho-, que me apresuro a servirme una segunda taza y a buscar en la alacena los ingredientes para la receta de mi primo. “Si puedes consigue eucalipto y lo hierves, ese vapor seguro te destapa la nariz”, increíble, los mismos consejos de la abuela, en pleno siglo veintiuno y en la ventanita del google Chat.

La nueva adquisición

Ayer entre los 17 correos nuevos con que me tope al abrir mi casilla de e-mail, venia el de un amigo que se había leído de un tirón mis posts de hace diez días, y que se negaba –según escribió- a visualizarme convertida en una émula de la niña de Guatemala, por tanto prefería hacerme una recomendación desde su perspectiva de varón henchido de testosterona latinoamericana (la más brava de todas, dice).

Según él, lo primero que debe hacerse después de un descalabro amoroso, es asumir los propios sentimientos, llorar un rato, sorberse los mocos y apagar esa “maldita música deprimente”, nada de auto indulgencia. Ya crecerá un nuevo corazón allí mismo dónde el anterior quedó convertido en uva pasa.

Lo segundo es aventarse de nuevo al ruedo, ponerse a circular en el mercado de la carne y buscarse un nuevo frente, uno cuyo único propósito sea el de hacer ver al mundo que la vida siguió su rumbo, para él no hay filosofía más sagrada que aquella que reza “fake it, until you make it”; nada de tomar vacaciones emocionales, (ya vendrán después).

Y es que según dice no hay nada que les reviente más las pelotas que, confirmar su condición de seres desechables, y ver que aquella a la que creían destrozada, devorando chocolates y suspirando por su regreso, anda de lo más contenta con un nuevo elemento.

Les retuerce la tripa saberse superados, darse cuenta que la ex se ha conseguido un ejemplar que a ojos vista es mucho mejor que ellos, su amor propio no soporta que el fulano carezca de los defectos que en su momento a ellos les dejaron pasar en nombre del amor.

No hay autoestima masculina que resista comprobar que la ex está ahora más linda y se pasea por todos lados con un tipo más alto y mejor vestido, que no tiene más del 9 % de grasa corporal, y que para colmo conduce un automóvil del año; mientras ellos se ven cada día más cansados, no saben que hacer para disimular la barriga, y siguen con el mismo autito desvencijado.

Porque aunque pretendan estar más allá de la vanidad, y juren que nos desean felicidad eterna, su ego secretamente se revolcaba de gusto ante la posibilidad de haberse hecho del lugar principal en nuestro pedestal emocional.

Por lo tanto no hay que tenerles piedad.

viernes, 19 de octubre de 2007

Esperemos que...




Pronto podamos ver acà en Guate este tributo a Ian Curtis

Sanz el fascista


Signos inequívocos de que se acerca el final de los tiempos, diría Chris Rock, es que el mejor golfista del mundo sea negro (Tiger Woods) y que el mejor rapero sea blanco (Eminem). A esto yo me atrevería a agregarle la más reciente rabieta del chavismo; y es que ahora resulta que con esa carita suya, de puchero a medias, Alejandro Sanz es un “político antirrevolucionario”, enemigo declarado de Hugo Chávez y su proyecto bolivariano; y a quien el gobierno venezolano ha inscrito en la misma lista negra que a Mr. George Bush JR.

Nada, que Alejandrito tan acostumbrado como está, a que todos sus desmanes sean arreglados casi de inmediato por su bien pagado entourage, (abogados, publicistas, voceros, y asistentes), se atrevió hace tres años a ventilar en una entrevista que a él no le gustaban ni José Maria Aznar, –en aquel entonces cabeza de gobierno de España-, ni Hugo Chávez, y que además la lista de líderes mundiales que no gozaban de su simpatía era extensa.

Y pues quien paga los platos rotos de ese momento de profundidad política del españolito del corazón parti’o, es la compañía productora de conciertos EVENPRO, que se la está viendo a palitos para conseguir un nuevo escenario en el que Sanz pueda presentarse, y todo porque a Chávez. –que tiene memoria de elefante- y su Ministerio de Cultura nomás no se les da ahora la gana firmar los permisos que harían realidad el sueño de miles de venezolanas de ir a El Poliedro a quedarse sin voz, lágrimas y prendas intimas al concierto de Sanz.

El argumento que repiten hasta el cansancio es que “el Sr. Sanz ha despotricado contra el gobierno, lo que lo convierte en un enemigo más de la soberanía de la República Bolivariana de Venezuela, y por lo tanto no es bienvenido en sus plazas, y que otro gallo le cantaría si se hubiera limitado a abrir la boca solo para cantar”.


Para colmo de los organizadores, en Venezuela no hay muchos lugares para realizar eventos masivos y los que existen pertenecen al gobierno. La polémica pica y se extiende porque ahora el incidente ha servido de pretexto a la prensa para arremeter contra Chávez, los columnistas se relamen y afilan las plumas, en la radio dedican programas enteros a debatir hasta dónde llegan los berrinches del presidente que ahora ya ni siquiera deja a los venezolanos decidir si van o no a tal o cual concierto. En lo personal no soy fanática de Chávez, no me gustan los totalitaristas, esos que dicen si no piensas como yo, estás contra mí, pero todavía le admiro el que no tiemble frente al Tío Sam.

jueves, 18 de octubre de 2007

Carlitos, Carlitos

No lograr conciliar el sueño antes de las 2 de la madrugada, es algo a lo que ya estoy màs que habituada. Y ahora que le he retirado el castigo a la televisión, suelo caer en el consabido vicio del zapping, y pues hay que ver las cosas con las que una se topa. Por ejemplo, hace un par de noches el Canal Sony anunciaba con coloridas viñetas y fanfarrias a un tal Luis Chaitang y su "Ya es medio día en China" (claro, siempre es medio día en algún lado, el sol no se detiene, tarados! fue lo primero que pensé).

Para no hacerles tan largo el relato , me quede embrutecida viendo el tal programa, que no resulto ser màs que una copia mal gestada y mal parida del show de Jay Leno, y esa madrugada en particular entrevistaban a Carlos Peña, el nuevo héroe de Guatemala, -como algunos insipidos han dado en llamarlo-, y pues el crio, alli nomàs, sentadito, respondiendo con expresiòn bovina, (tampoco es que fuera una maravilla de entrevista), pero el climax, la cúspide de todo lo que la tv popular es hoy dia, fue cuando el entrevistador empieza a comentarle a Carlos sobre el revuelo de su pasada por el LAI, que si las multitudes lo aclamaron, que hasta el presidente le dedico discursos, etc... y la pregunta, ¿y bueno Carlitos que piensas de todo eso?, y Carlitos "Y... asombrado, feliz... sobre todo porque Guatemala es un país en donde la mayoria son indigenas, y los indigenas son pobres".

Nada, que el crio parece no haberse enterado de que si bien es cierto de que en Guate hay un gran indice de poblacion indigena, no todos son extremadamente pobres, que los hay incluso con celulares y premios nobel de la paz, que algunos son dueños de consorcios, algunos son profesionistas, otros tantos han formado cooperativas que ahora le proveen de verduras y frutas a Walmart, otros que importan sus productos organicos a Europa, y la mayoria ve televisiòn. Nada, que Carlitos de un plumazo le tiro abajo todo su trabajo al PRONACOM, al INGUAT, y a otro montón de instituciones. Nada, que el crio, con una frase le hizo pensar a Venezuela y a Latinoamerica que en Guate vivimos todos en taparrabos y no tenemos en que caernos muertos. Que lindo, no?

Lily Allen




Un poco de música para alegrar el día.

viernes, 12 de octubre de 2007

Banda Sonora


Mientras escribo estas líneas, el reproductor de Windows Media trabaja a todo lo que da con los tres minutos y veintidós segundos que habrá de durar el “Baby Blues” de Andrea Echeverri, Pedazo de mi alma me arrebataste el corazón/como vivo si tú guardas mis latidos. Tengo el corazón hecho añicos y me estoy armando una lista de reproducción patética como la que más; durante 72:05 minutos me daré permiso de ser completamente desdichada, Hoy quiero saborear mi dolor/no pido compasión ni piedad. Voy a invocar a cada fibra de mi cuerpo para dolerme de mi misma, voy a gastar mi dosis anual de auto compasión, y a berrear hasta quedarme sin aliento, Yo no te entiendo cuando me hablas/ que mala suerte/ y tu dices que la vida tiene cosas así de fuertes/ yo te puedo contar cómo es una llama por dentro/ yo puedo decirte cuanto es que pesa su fuego/ y es que amar en soledad/ es como un pozo sin fondo/ dónde no existe ni Dios/ donde no existe verdad. Provista tan solo de una caja de pañuelos, 20 cigarrillos y unas cuantas tazas de café negro, y me haré a la idea de que estoy acompañada por un aquelarre de perdedores sin remedio, y que todos compartimos la misma predisposición a la desgracia y a las causas perdidas, No te apures compañero/si me destrozo la boca/ no te apures que yo quiero/ con el filo de esta copa/ borrar la huella de un beso/ traicionero que me dio/mozo/sírveme otra copa rota/sírveme/ que me destroza tanta fiebre de obsesión/mozo/sírvame en la copa rota/quiero sangrar gota a gota/ el veneno de su amor. Voy a acurrucarme en la oscuridad y a sufrir con todas mis fuerzas, Mis pies son como de cartón/que voy arrastrando por cada rincón/ mi cama se vuelve fría y gigante/ y en ella me pierdo yo/ mi casa se vuelve a caer/ mis flores se mueren de pena/ mis lagrimas que caen a mis pies. Voy a padecer la cruda emocional hasta vaciarme como un cuenco, Una canción triste/, para los momentos bajos/ para sentirte acompañado/ cuando te sientes vencido/ una canción triste/ para cuando estas solo/ cuando no sabes el modo de salir adelante. Hasta expulsarlo todo.

Epilogo
Ya mañana escucharé algo así como Good Morning Sunshine

Seguramente


Habré de pasar unos cuantos días malos, en los que hasta las tareas más simples, como cepillarme los dientes o atender el teléfono, me signifiquen un esfuerzo sobrehumano. Seguramente habrá días en los que cualquier acción, escribir o poner los cimientos de un gran imperio mediático, me parezca la cuestión más fútil y absurda. Porque seguramente, durante esos días malos, estaré convencida de que todo está a punto de irse por el caño, que la humanidad entera está predestinada al fracaso, y que todos nuestros esfuerzos cotidianos, son comparables a los aciagos días de los ratones blancos, que se la pasan con la nariz pegada al vidrio de su jaulita, nada más esperando a que venga una mano a tomarlos del rabo para darlos como alimento a una cobra.

Love is a bitch

Y allí está uno con su cachito de corazón en la mano, creyendo que se es el primer ser viviente en experimentar semejante gozo. Y uno observa al jirón de músculo palpitar y estremecerse, y por fracciones de segundo uno no puede evitar sentirse besado por los dioses. De pronto uno empieza a notar que todo es más límpido, que el aire huele mejor, que el sol brilla más, y hasta las calles más mugrientas parecen de pronto provistas de un renovado encanto. Y allí está uno, cegado de endorfinas, con el cachito de corazón palpitándole entre las manos, y uno lo observa hipnotizado, y uno de verdad se cree que el trozo de víscera ese es su posesión más preciada, -cuanta dulce ingenuidad-, hasta que alguien llega a tumbarnos de un manotazo al estúpido cachito de corazón, y uno lo ve revolverse en la tierra, agonizante, suplicando que alguien ponga fin a su miseria.

10-10-07

Hoy no tengo ganas de salir al mundo, apenas si reuní las fuerzas necesarias para abandonar la cama, prepararme un tazón de café, encender la computadora y sentarme a escribir, apenas hace 20 minutos que abrí los ojos y ya me siento extenuada. Apenas si quiero hacer nada, respiro por inercia y me da exactamente lo mismo los golpes en mi puerta, seguramente es un vendedor, el despachador del agua potable, o los testigos de Jehová que traen su Atalaya y todas las respuestas para salvar mi alma atormentada. No es que esté triste, -al menos hoy no-, talvez sea que me harté de -aparentar que puedo- funcionar normalmente y he querido invitar a la abulia a instalarse en cada célula. No es que me importe mucho –al menos hoy no-, descubrir el porqué de esta indolencia. Es posible que a pesar del desgano y la indiferencia, logre ordenarle a este cuerpo que se dé un buen baño, y haga todas las cosas que normalmente hace, que pronuncie las palabras que los otros cuerpos necesitan escuchar, que juegue a ser algo más que una vasija de barro. Total, estoy segura de que hay unos cuantos millares de cuerpos que llevan años pudriéndose a la vista de todos, fingiendo que son algo más que viejos cascarones abandonados de toda chispa vital, movidos por la pura costumbre de levantarse por las mañanas, orinar, darse un baño, comer algo, prepararse tazones de café, buscar algo de ropa, escribir, respirar…salir al mundo.

martes, 9 de octubre de 2007

Todo pasará


Y es que la vida sigue, a pesar de nosotros, aunque sientas que una implosión barre con el refugio que te construiste, y con todo lo que constituía tu realidad hasta ahora. El ritmo del mundo no se detiene, continúa igual allá afuera, la gente sigue yendo a sus trabajos, los bancos abren a las 9 a.m., y a miles de kilómetros de acá los disturbios no cesan en Myanmar, por obsceno e injusto que te parezca, el universo no se congela solamente porque tú –creas que- te mueres de pena.

Ningún dolor es superior a nuestras fuerzas, aunque por momentos te sientas inundada, sobrepasada, siempre habrá un chance para respirar hondo, curarse las heridas, -disimularlas incluso- y seguir adelante.

Tú corazón siempre – y cuando continúe latiendo- tendrá remedio, sangrará por un tiempo, es cierto, sentirás como si un mazo de acero te hubiese impactado justo en el centro del esternón desbaratándolo todo, habrá momentos en que la presión en el pecho será tan intensa que hará más difícil la entrada del aire a tus pulmones, tranquila, todo pasará. Date permiso a sufrir un tiempo, deja que el dolor inunde cada uno de tus poros, y saborea cada segundo de miseria, pero no te aferres a ella, llora todo lo que quieras, hasta que sientas escocer los ojos, deja que la pena fluya, y cuando te sientas extenuada permite que la tristeza se marche. Todo pasará, y estarás mejor, te lo prometo.

viernes, 5 de octubre de 2007

Q1



Me gusta el transporte colectivo, con todo y sus fallas, he aprendido incluso a apreciar las pintas en el respaldo de los sillones, los resortes salidos del asiento, y los discos pirata de algunos de los choferes -casi todos, pero tambièn aqui excluyo al reggaeton- que a la vez que van vociferando insultos a cuanto automovilista, peaton, perro callejero o poste de alumbrado pùblico se les atraviese, todavia se toman el tiempo de tararear cumbias, merengues, clàsicos del rock ochentero, baladas latinoamericanas, coros religiosos y hasta alguna que otra estrambòtica pieza de la època disco.

Viajar en una destartalada camioneta me permite cabecearme sin la pena de ir a empotrarme en el bumper de otro auto, o bien sumergirme en la lectura del libro de turno, me da oportunidad de ver la vida en su punto àlgido, escuchar a las personas, observarlas, ser parte de su universo aunque sea por unos segundos. Me encanta eso de imaginar lo que estaràn pensando, o improvisar mentalmente los dialogos de algunos basandome en las expresiones del rostro, en la manera en que mueven las manos. Me da chance de olvidarme un momento de mi misma, de adentrarme en otros mundos, en otras realidades.

El otro dia por ejemplo no pude evitar observar a una pareja durante todo el trayecto ,- con el rabillo del ojo y escudada tras una novela de Tom Wolfe- , calculè que ninguno pasaba de los 22 años, ella lucia una prominente barriga de al menos 5 meses de gestaciòn, pero su rostro desmaquillado y con dos mechones de cabello sobre las mejillas parecia el de una quinceañera, al igual que su delgada y compacta figura como la de una adolescente que apenas està en la pubertad. El apenas mostraba un esbozo de barba, tan rala y rubia que parecia la pelusa de un melocotòn, llevaba una caja de pizza -quizà para satisfacer el antojo de su amada-, llamò mi atenciòn el que llevara dos enormes circonias adornandole el lòbulo de las orejas, (imagine a su desesperada madre buscando en el joyero sus aretes favoritos).

Su conversaciòn no vario en nada a la de cualquier pareja de veinteañeros, la tele, la mùsica, las discos de moda y las ganas que tenian de ir al concierto de Black Eyed Peas, todo tan comùn y tan corriente.

Minutos despuès subiò un vendedor ambulante, de los cientos que se miran a diario, ofreciendo lapiceros con tinta de gel, y hacia hincapie en que no eran una chucheria cualquiera, no, eran lapiceros con tinta de gel aromatizada y con brillantina, capaces de resaltar cualquier anotaciòn que se hiciera sobre la màs simple hoja de papel, y lo mejor de todo, decia, era que semejante artìculo de "lujo" costaba unicamente Q1, cien humildes centavos pagarìan todas aquellas bondades.

A "él" se le encendìo tal brillo en los ojos que no me sorprendio ver como registraba sus bolsillos hasta encontrar las monedas que cubrieran el precio de aquella maravilla, satisfecho y entusiasmado contò sus monedas, !Tenia ese quetzal!, ya nada podria evitar que se convirtiera en propietario de un lapicero con tinta de gel aromatizada y con brillantina. Con su quetzal en monedas le hizo una seña al vendedor, ella quiso sostenerle la muñeca y evitar que cerrara la transacciòn, pero fue mas rapido el experimentado comerciante, mientras èl le mostraba su nuevo tesoro, ella se limito a encogerse de hombros y hacerle una mueca, algo asi como un mudo reproche por aquel gasto que -supongo- considero innecesario.

Aquello me hizo pensar que a lo mejor su sencilla platica de un inicio no era màs que el intento de conservar hasta la ùltima instancia su sencilla vida de muchachos, como si con ello pudieran contener la avalancha de responsabilidades que se les vendrà encima con la llegada del crio. Espero que su amor sobreviva.