viernes, 12 de octubre de 2007

Seguramente


Habré de pasar unos cuantos días malos, en los que hasta las tareas más simples, como cepillarme los dientes o atender el teléfono, me signifiquen un esfuerzo sobrehumano. Seguramente habrá días en los que cualquier acción, escribir o poner los cimientos de un gran imperio mediático, me parezca la cuestión más fútil y absurda. Porque seguramente, durante esos días malos, estaré convencida de que todo está a punto de irse por el caño, que la humanidad entera está predestinada al fracaso, y que todos nuestros esfuerzos cotidianos, son comparables a los aciagos días de los ratones blancos, que se la pasan con la nariz pegada al vidrio de su jaulita, nada más esperando a que venga una mano a tomarlos del rabo para darlos como alimento a una cobra.

1 comentario:

Duffboy dijo...

"los aciagos días de los ratones blancos", bella imagen, devastadora también, cuando seguimos leyendo.